2.3.17

Puerta - Limón - Sumo Sacerdote

Llevo una puerta por la calle. La puerta tiene unas ruedas en su parte inferior. Unas ruedas metálicas. Brillan. (Ver Chevalier y Gheerbrant, puerta-transición).
Güemes 3066, Palermo. Edificio piso 9 a la calle en venta. Anciana que me conoce. Vende el depto entre US$ 80.000 y US$ 82.000. Con préstamo del Banco Ciudad, me dice, puedo tener un descuento de hasta el 8% (es un sueño, esto no tiene lógica).
Apoyo la puerta a la entrada del depto.
Lo recorro.
La anciana me dejará un mueble en el living, una cama, otras cosas más. El living tiene una alfombra clara.
Frente a ella vive otra anciana. Las 2 me conocen. Ya sabés por qué.
La yegua se me acerca enterada de la noticia. Pretende que compremos el depto. Yo pienso en I. Quiero que con I. compremos el depto. Pero yo no tengo plata, naturalmente. La yegua quiere "comenzar de nuevo". Aprieta a mi vieja, le exige que apure los trámites "con la escribana". Mientras le habla y grita por teléfono despliega una carpeta con hojas compuestas por "carne" de limón. Con un elemento punzante clava, mientras ordena, una parte de esa "carne". (Limón, corazón humano, también pureza).
Hay un salto medio inconexo. P y P, los ciclistas, también tienen intenciones de comprar el piso 9 de Güemes 3066. Hay también otro depto en venta. Me debo apurar para tomar una decisión.
Otra vez en el depto, junto a la yegua (en el depto del piso 9): ella cuelga el teléfono y yo le surto todo lo que es, con una mano la tomo del cuello, con la otra le hundo el pulgar derecho en la frente; sus ojos saltan. Ella niega lo que le digo, lo termina aceptando.
Otro salto inconexo más. Le comento a I. en Flores la oportunidad del depto. Vamos a la iglesia. Carol Wojtyla tiene unos 60 años, vive con una mujer, ha vuelto a ser elegido Papa, oficia la misa, pero el sermón lo da el padre Farinello. I. queda conforme, le recuerda a las misas de su infancia. Dice que no es un exagerado, que fue claro y conciso. A mí me resultó insípido. Wojtyla, dicho sea de paso, está en forma física. En muy buena forma.
De vuelta en el depto del piso 9, José Sacristán, que es vecino del edificio, golpea la puerta. Pide que abra. Se enteró que estoy ahí con la yegua. Está enamorado de la yegua. La yegua también lo cuerneó. Pobre Sacristán. Me río de él, le imito el acento. El tipo se vuelve loco, rompe la puerta, entra, me quiere romper la cabeza. Yo corro por el departamento, riéndome.

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